En la actualidad el chino mandarín es la lengua más hablada del mundo, y eso que sólo se habla en una parte de Asia. Además China es una potencia emergente gracias a su capacidad económica. ¿Podría llegar a ser algún día la primera potencia mundial? Lo cierto es que no es tan fácil. Desde que Mao Zedong afianzó en este país asiático la ideología comunista allá por los años cincuenta, sus habitantes carecen de libertad religiosa, de expresión, etc., y además no ven que sus derechos sean respetados. Es por ello que China, a pesar de destacar cada vez más económicamente, dista de ser un Estado aspirante a convertirse en la primera potencia mundial. Dicho “título” conlleva el ser ejemplar – o al menos intentarlo- en todos los ámbitos: económico, cultural, social y político, y de momento China tiene una asignatura pendiente, que es lo “social”, lo que hace que no se pueda equiparar del todo con las potencias occidentales.
Mariana Fernández
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